¿Presos políticos o políticos presos?

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No es lo mismo una gorra de viaje que un viaje de gorra. Clarificador, ¿verdad?

Estos días estamos viendo como algunos juegan y hacen malabares con el sustantivo y el adjetivo calificativo, poniendo una palabra delante de otra y viceversa, cambiando así, radicalmente, el sentido de la frase. Sí, lo de la gorra de viaje es un chiste fácil, pero clarificador, lo de «presos políticos» es algo esperpéntico si se refiere a estos indepes de tres al cuarto, a los chicos del procés, que cuando en el Tribunal Supremo se lo explican clarito, «se cagan por la pata abajo» y apostatan de sí mismos si hace falta, jurando portarse bien a partir de ahora, para no ir al trullo.

Y los de la Audiencia Nacional que les han «pillao con el carrito del helao» en plan soy más chulo que un ocho: sí, he hecho eso, ¡qué pasa! pues pasa que la jueza, con el Código Penal en la mano, los manda al trullo como quien manda a uno al rincón de pensar, a ver si recapacita sobre los delitos que se le imputan (rebelión, sedición, malversacion, entre otros).  Seguro que recapacitan, reniegan de sí mismos y de su «comportamiento independentista de facto» con eso de que era de broma (tiempo al tiempo), y así podrán respirar el mismo aire que respira el «exiliado» Puigdemont y Cía, los que emprendieron las de Villadiego en el momento en que notaron un extraño aliento en el cogote y momentáneamente están de turismo político-revolucionario, poniendo una pica en Flandes.

Pero todo esto es alargar la agonía, tarde o temprano se dictará sentencia firme, a pesar de que se vaya recurriendo a todos los Tribunales posibles, y esa sentencia pinta muy mal por lo evidentes que son «casi todos» los delitos que se les imputan. Pero vayamos a lo mollar del asunto.

Preso político es todo aquel que está encarcelado porque sus ideas políticas suponen un desafío o amenaza para el sistema político establecido.

Muchos de estos indepes tenían la idea política del secesionismo, de la autodeterminación, de la independencia de Cataluña, desde pequeñitos, bien porque lo mamaban en su casa, bien porque los adoctrinaban, bien porque lo sentían de corazón… y jamás nadie en democracia fue encarcelado por ello; esas ideas, aunque carcas, desfasadas, sectarias, clasistas, rayando lo xenófobo, insolidarias, etc, SON LEGALES Y LEGÍTIMAS, pero cuando se actúa políticamente transgrediendo el orden constitucional, transgrediendo el Estatut y forzando el reglamento del Parlament promulgando leyes de desconexión claramente ilegales, sodomizando a la oposición y haciendo caso omiso a todas las advertencias, resulta que hay «políticos que cometen delitos» y se les aplica la ley como en cualquier estado democrático, social y de derecho. Esto son POLÍTICOS PRESOS, políticos que se han saltado la ley cometiendo ‘presuntamente» varios delitos, y esto lo afirma nada más y nada menos que Amnistía Internacional, que algo entiende del asunto.

Sin tener que pensar mucho, me viene a la cabeza Venezuela donde ahí sí hay PRESOS POLÍTICOS, como Leopoldo López, y un tirano dictador llamado Maduro, al igual que me vienen a la cabeza los que hay en otras partes del mundo.

Sin tener que salir fuera de España, aquí durante la dictadura franquista hubieron un montón de presos políticos de verdad que si levantarán la cabeza pondrían el grito en el cielo al ver cómo se les falta al respeto con estas cosas, haciendo «huelgas políticas», manifas y performances en eventos deportivos, para que salgan de la cárcel unos presuntos delincuentes indepes.

Y claro, me viene a la cabeza también Pablo, Pablito, Pablete que suelta por esa boquita que Dios le ha dado lo siguiente: «me avergüenza que en mi país se encarcele a opositores y pide la libertad para los presos políticos».

¡Que no son presos políticos, chavalote, que no te enteras!

Y otra que tal es la ‘hada madrina’ Ada Colau, la que blande su varita mágica de la ambigüedad, la que nada y guarda la ropa como nadie, y que se despacha tan a gusto calificando de «día negro para Cataluña y la democracia el encarcelamiento del Govern legítimamente elegido en las urnas y de despropósito jurídico».

Y se queda tan pancha la muy necia, la que no sabe ni cómo es alcaldesa de Barcelona, la que proviene de movimientos antisistema. En fin… es para reír, por no llorar.

Sólo espero con ansiedad que llegue el 21-D para ver si de una vez por todas el SENY se adueña de Cataluña.

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