Trump ha lanzado irreflexivamente sus prohibiciones migratorias y la contestación ha sido inmediata y masiva. Sinceramente, no me lo esperaba.
Había oído hablar de Ciudades Santuario, lugares donde no se colabora en la aplicación de las leyes federales de inmigración una vez que has llegado allí, pero no pensaba que estuviesen tan extendidas.
Son ciudades santuario: San Diego, Los Angeles, San Francisco, Miami, Chicago, Seattle, Houston, Phoenix, Austin, Dallas, Washington D.C., Detroit, Salt Lake City, Minneapolis, Baltimore, Portland (ambas Maine y Oregon), Denver, New York City, Chicago y todo el estado de New Jersey.
Casi todas tienen franquicia NBA, lo digo por curiosidad, dado que en esta competición de baloncesto, la mejor del mundo, no hay limitación de cupos o pasaportes.
No sabía que en Nueva York había servicios municipales bilingües en 120 idiomas…
Sí sabía que en muchas de estas ciudades, lógicamente, hay barrios enteros de extranjeros en los que uno nunca diría que está en un país occidental…
Comprendo que muchos aquí al verse en una mala situación económica, sin esperanzas, cuando al lado de su casa prosperan los extranjeros, crea que a él le están perjudicando, pero no hay solución, a esto es a lo que vamos, es imparable la multinacionalidad.
Por un motivo, básicamente, no hay más sitio, no hay sitios mejores en un mundo globalizado de intensa movilidad.
A cambio los estadounidenses tienen algo muy valioso, la libertad.
También comprendo a los que dicen que en España tenemos muros, como el de Trump, porque es verdad, los hay en la frontera sur de España con Marruecos. Como hay un despliegue de medios para el rescate de personas en el mar, porque estos movimientos migratorios se tienen que ordenar.
Sin embargo, hay una diferencia básica, no los lucimos con orgullo, es que no hay más remedio porque de lo contrario sería una invasión descontrolada.
Mercedes Mora