- Cualquier mártir defiende su causa hasta las últimas consecuencias, sin abjurar de ellas jamás.
El independentismo catalán tiene en el victimismo una parte fundamental de su sustento dialéctico, propagandístico y de imagen cara a la ciudadanía, ya que la base ideológica, su ideario, raya lo totalitario, lo xenófobo, lo racista, lo supremacista. Vamos, que está parido para mentes fundamentalistas y muy poco tolerantes, lo cual otorga al relato posterior a cualquier hecho, lo que últimamente viene a llamarse posverdad, una importancia primordial y, en esto de la posverdad, los indepes son auténticos maestros, pues distorsionan la historia a su antojo y conveniencia, reescribiéndola las veces que haga falta, y tergiversando la realidad, por muy cruda que ésta sea.
Cualquier mártir defiende su causa hasta las últimas consecuencias, sin abjurar de ellas jamás
Pero la realidad, aparte de cruda, es muy tozuda y cuando se enfrentan ante ella -léase ante un juez que les ha encarcelando por ser presuntos delincuentes, algo común a todos los mortales- se convierten en mártires de pacotilla y son capaces de abjurar, como si nada, de las líneas maestras de su discurso político, para poder conseguir SU libertad provisional.
La justicia les ha dado un baño de realidad, que les ha hecho bajar de ese impune ‘Olimpo de los dioses’ en el que se creían instalados desde la Transición; todo ello consentido y amparado por un bipartidismo complaciente y pactista con ellos, y por una sociedad adormecida, abducida en cierto modo por los cantos de sirena de unos y otros, y pensando que «mientras va el carro, hace ruido».
Hasta que el carro volcó.
Al final, el peso de la ley ha caído sobre ellos, como no podía ser de otra manera, y mientras unos huyen a Bélgica, para alargar su agonía política, y desde allí hacer política de sainete y esperpento, pretendiendo ser President-plasma, otros abandonan la vida política para volver a la vida civil, dimitiendo de sus cargos y, los que están entre rejas, le dicen al juez que lo del 1 de octubre fue un referéndum ilegal, una bromita, y que nunca jamás volverán a transitar por la vía unilateral hacia la independencia de Cataluña. ¿Les dirán a sus parroquianos, cara a cara, que lo de la DUI fue de mentirijillas, y lo del 1 de octubre ilegal, como se lo han dicho al juez?
Visto lo visto, y echando mano de nuestro refranero, que tanto me gusta, saco las siguientes conclusiones:
– PRIMERA: «la pela, es la pela», y cuando te la tocan, duele mucho, y si no que se lo pregunten al ‘pringao’ de Artur Mas, uno de los primeros espadas del procés, que al no poder -o querer- reunir la totalidad de la fianza que el juez le pedía, apeló a las cuestaciones y, parece ser, que hasta le pidió pelas al equipo de fútbol que es más que un club y, al no completar la fianza, acabaron embargándole varias propiedades que, vete tú a saber, igual salieron, PRESUNTAMENTE, del famoso tres per cent y que ha hecho que se apartara de la política activa.
– SEGUNDA: «a todo cerdo, le llega su San Martín» y de momento se está cumpliendo este refrán, no con la celeridad que nos gustaría pero, poco a poco, la justicia se va aplicando, a pesar de que aún queda mucha «piara» suelta por ahí, comiendo bellotas en las dehesas de la política. Pues eso, ya les llegará.
– TERCERA: «cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar» y esto me pica mucho, como valenciano y vecino por el sur -pared con pared- de los catalanes, soy consciente de que hay una parte minoritaria de ellos, los indepes, que nos quieren colonizar y anexionar, junto con las Islas Baleares, en ese engendro que llaman ‘Països Catalans’ y viendo como les acaban de afeitar la barba EN SECO, yo quiero seguir llevando MI BARBA y no la pienso poner en remojo para nada y por nada, a pesar de que tenemos aquí a Manostijeras-CUPromís, compartiendo el poder político con PSOE y Podemos, decididos a cortarnos la barba como sea, bien adoctrinándonos, bien imponiéndonos la «INMERSIÓN LINGÜÍSTICA», como hizo, en su día, el Ubú President Pujol, que diría Albert Boadella.
Pujol, sí, un angelito imputado por corrupción, junto a toda su familia, y que ya salió indemne en los 80 del escándalo de Banca Catalana, el cual taparon a todos los españoles, con ese chiste en el que tenía cogido por sus partes al dentista-estado y le dijo: ¿verdad que no nos vamos a hacer daño?
Más tarde, con los tripartitos de ERC, PSC y creo que con los comunistas, empezó a pergeñarse el procés y, que de momento, está como está. Aquí ya se ha iniciado ese proceso de ingeniería comecocos, como resultado derivado de las últimas elecciones (disfruten de lo votado), pero espero y confío que nos sirva de «vacuna» para que no se extienda por aquí la gripe del procés que tanto gusta a los del Pacto del Botánico. Menos mal que ya existe un antídoto muy eficaz para combatirlo, y es la vitamina C, esa vitamina propia de las naranjas y que en política la encarna CIUDADANOS.
Valencianos, vacunémonos, son peor que la gripe.