La transición energética española

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La nueva ministra Teresa Ribera en el máster de la EOI.

La operación cosmética que ha supuesto renombrar el ministerio de Energía con el rimbombante apelativo de «Transición Energética» no se puede quedar en eso, una mera operación de marketing político. De la nueva ministra Teresa Ribera, ésta con b, depende…

En primer lugar, hay que decir que los precios de la energía en España están artificialmente altos, como al doble de su precio mundial en el mercado libre, por dos motivos. El primero es provocar la reducción del consumo porque nuestro país es importador neto y, sin una moneda propia que devaluar, no se puede permitir una factura energética más elevada. Si, por ejemplo, la gasolina estuviese a su precio real, 0,70 céntimos el litro, en vez de al regulado, cerca de 1,40 euros, no tendríamos suficientes divisas para pagar el aumento del consumo.

El segundo es, evidentemente, que la energía, y más concretamente los derivados del petróleo y el vehículo privado, son la gran ubre de la que maman todas las Administraciones públicas, desde ayuntamientos al estado pasando por las comunidades autónomas. Hasta el punto que nos atrevamos a afirmar que si de un día para otro todos los españoles abandonásemos el coche privado y nos pasásemos a la bicicleta, la mayoría de las entidades públicas que hemos mencionado quebrarían por insuficiencia de ingresos. Impuestos de matriculación, circulación, carburantes, IVA, ITV, etc. gravan a los sufridos propietarios de un vehículo privado.

En cualquier caso, sorprende que el precio de la energía, en especial la electricidad, se haya elevado notablemente este último año a pesar de que la climatología, lluvias y vientos, ha sido favorable. Este frustrante fenómeno está perfectamente explicado en el artículo de Natalia Fabra y Gerard Llobet en la web nadaesgratis.es.

Si en España de Mayo 2017 a Mayo 2018 el precio de la electricidad ha pasado de 45€/MWh a 55€/MWh y se sitúa en máximos históricos es culpa del mercado energético, que fija el precio en función no de las fuentes más baratas, las centrales hidroeléctricas y eólicas, sino de las más caras, las de carbón y gas, materias primas energéticas que han subido de precio en el contexto internacional por culpa de las incertidumbres políticas de la era Trump, los conflictos bélicos y el aumento de la demanda.

El mercado energético en España es tan complejo en parte porque los costes de producción son muy dispares. Según algunos estudios, que seguramente habría que actualizar, desde los 6€/MWh de la hidráulica a los 240€/MWh de la fotovoltáica, pasando por los 24€ de la nuclear, los 30€ del carbón, los 60€ del gas y los 90€ de la eólica. Y en parte porque los operadores son pocos, están presentes en todos los tipos de producción y juegan a desequilibrarlo para maximizar su beneficio.

Los kits de auto consumo van de los 3Kwh a los 10Kwh de potencia y de los 2 mil a 15 mil euros de coste, instalación aparte.

Así, nos encontramos con opiniones que indican que si se hubiese mantenido la subvención a la fotovoltáica, ésta se habría desarrollado como en otros países y ahora la electricidad nos saldría prácticamente gratis, mientras que otros dicen completamente lo contrario, que los elevados precios actuales de la electricidad son culpa de la hipersubvencionada fotovoltáica. Vaya usted a saber…

Para acabar, comentar que esta misma semana la nueva directiva europea de energías renovables le da el estacazo definitivo al llamado «impuesto al sol», instituido en 2015 por el gobierno de Mariano Rajoy, lo cual ha coincidido con el anuncio de la nueva ministra Teresa Ribera de eliminarlo, aunque de momento es sólo una declaración de intenciones. Fue uno de los compromisos del nuevo presidente del gobierno Pedro Sánchez expresado en su discurso de investidura, después de que otros grupos políticos como Ciudadanos ya lo intentasen hace un año, sin éxito porque el gobierno popular lo vetó, y ahora compiten ante la opinión pública con los socialistas al reactivar la propuesta.

La Guardia Civil incautó estas placas solares porque eran robadas, no por no pagar el impuesto al sol, como se informó en algunos medios y redes sociales.

Lo primero que hay que decir es que si ven publicado que una familia española normal está pagando el impuesto al sol por autogenerar su electricidad mediante sistemas fotovoltáicos, entra dentro de la categoría de las Fake News. Falso, las instalaciones de menos de 10Kwh de potencia están exentas de este impuesto, cuando la media de potencia contratada en los hogares familiares españoles es de 4Kwh. Por lo tanto, sólo pagan el mal llamado impuesto al sol los productores profesionales de renovables que utilizan la energía en procesos productivos propios o para volcarla en la red.

Según algunos expertos, la eliminación del impuesto al sol, que tiene su justificación en que cerca de la mitad de lo que pagamos por la electricidad no es consumo sino impuestos, intereses y costes estructurales, provocará un nuevo aumento de la factura de la luz que se calcula será de un 2% para todos los hogares españoles.

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