El universo corrupto pepero está entrando en pánico debido a que está cayendo sobre él, todo el peso de la ley.
El 17 de julio pasado, publiqué en este mismo medio un artículo titulado «Omertá, la ley del silencio en el PP«, a raíz de las declaraciones, como testigos, ante la justicia, de los Rato, Acebes, Arenas y Mayor Oreja, una cuadrilla de amnésicos que no sabían, ni recordaban, ni les constaba nada. Lo desconocían todo y !fueron ministros con Aznar!
Vaya,vaya. Diez días después, publiqué otro artículo titulado «Un testigo excepcional«, pues era la primera vez que declaraba como testigo un Presidente del Gobierno en activo, y con ello, Rajoy se la jugaba, pues estaba obligado a decir la verdad para no incurrir en «falso testimonio» y, si guardaba silencio sobre algo que SÍ sabía, incurriría en «ignorancia deliberada».
Pues bien, el inexorable paso del tiempo los pondrá a todos en su sitio, personalmente y como miembros de un Partido, ya que el exuberante y proceloso «vía crucis» judicial en el que está inmerso el PP, nos va a deparar, como ya está pasando, el desmoronamiento de su «ley del silencio», que ya no pueden practicar tan impunemente como se creían, pues cada cual intentará salvar su culo a toda «costa», cantando La Traviata, o por soleares, si hace falta.
Seguramente volverán a ser citados como testigos o como investigados -antes imputados- pues debido a las declaraciones y/o pruebas aportadas por esos que quieren salvar su lindo culito, o por esos empresarios amiguetes que se prestaban al «jueguecito de la corrupción», podrían quedar con el plumero al aire y que el juez les pillase en contradicciones o renuncios, y claro, sería delito.
Hablando de salvarse a «toda costa», hoy Ricardo Costa, ex vice secretario general del PP en la Comunidad Valenciana, ya canta en «Do mayor» ante el juez y señala a Camps y a su «beato» conseller Cotino, como los artífices del manejo de dinero negro en el Partido, pringando, de paso, a los ex Vices Víctor Campos y Vicente Rambla.
Días antes vimos como el trío La La La (Correa, Crespo y El Bigotes) cantaban como auténticos tenores, despejando, entre otras cosas, la X de la ecuación Gürteliana en Valencia. El Bigotes no se corta un duro: «FUE mi amiguito del alma, el que me quería un güevo», pero claro, Camps en este juicio no puede ser condenado porque han prescrito los delitos, -aunque la Fiscalía le puede buscar las vueltas- lo cual no deja de ser una estrategia de las defensas, pero me consta que Camps se duele mucho, pues es feligrés de misa diaria, y claro, cuando piense lo que le tendrá que decir al Todopoderoso en el momento de entregar su alma a Dios… pues eso, que irá de cabeza al infierno, al igual que lo pensará el santurrón de Cotino.
Bueno, volviendo a lo terrenal, tengo muy claro que el PP está a punto de «saltar por los aires», -y que no me vuelva a decir nadie la estupidez de que esto es hacer una «clara apología encubierta del terrorismo» y no sé cuántas chorradas más- y así como la corrupción PRESUNTAMENTE instalada a gran escala en el PP hizo que concurrieran dopados a varios procesos electorales, consiguiendo elevar al trono del poder a tantos y tantos «proceres del PP», de la misma manera la corrupción será la tumba del PP.
En su mausoleo, también estará presente la falta de iniciativa política e inacción (marianismo) del gobierno, la reciente debacle electoral de las elecciones catalanas, con una nula y errónea autocrítica echándole la culpa de los pésimos resultados a Ciudadanos y, sobre todo, porque éste Partido le está poniendo las peras al cuarto y los españoles se están dando cuenta de ello, ávidos de pasar página del actual desgobierno y transitar por un cambio sensato, como así demuestran las últimas encuestas.
Conforme están las cosas, y todo lo que está por acontecer judicialmente, y en las comisiones de investigación parlamentarias, veo a las conservadoras gaviotas del PP anaranjadas por el tsunami liberal de Ciudadanos en cuatro días.
Por si esto fuera poco, al PP ni siquiera le queda el recurso, que otrora tanto exhibía para infundir miedo, de que «viene el lobo» haciendo alusión a Podemos, pues los circulitos morados están de capa caída y cada día ven más lejos su particular asalto a los cielos del poder y el sorpasso al PSOE.
Se vislumbran nuevos tiempos.