El alcalde de València, Joan Ribó, ha subrayado la importancia prioritaria del proyecto de habilitación de la T2, la línea de Ferrocarrils de la Generalitat que debe conectar Natzaret con el centro urbano.
Las obras llevan paralizadas desde 2011 por culpa de falta de liquidez de la Generalitat Valenciana, que en los dos tramos construidos habría invertido unos 195 millones de euros, durante la etapa del gobierno del Partido Popular.
En 2015 se llegaron a desmontar algunos tramos de vía férrea para evitar su acelerado deterioro y desde entonces han continuado los desperfectos. Se estimaba que el coste de la obra pendiente supondría otros 100 millones de euros, pero ahora habría que sumar la rehabilitación de los daños provocados por el abandono y el vandalismo.
El alcalde ha mostrado su convencimiento de que el Consell es conocedor de la importancia de esta línea “que –ha recordado- por una parte supone una inversión muy grande que ya está hecha; y por otra parte, permitirá integrar zonas de la ciudad de enorme importancia urbana y metropolitana”.
Desde su nombramiento en 2015, la Conselleria de Obras Públicas está estudiando retomar las obras y su titular, Mª José Salvador, avanzó su intención de poder hacerla por fases, a medida que se consiguiesen los recursos financieros necesarios. Transcurridos dos años, no se ha realizado ningún movimiento apreciable y la infraestructura sigue criando malas hierbas.