Hay amores que matan, o por lo menos hieren

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Y tanto. Es cuestión de darle tiempo al tiempo, sobre todo si son enamoramientos políticos «contra natura», de pura conveniencia e interés y cuyo nexo de unión es algo perverso : el independentismo. Me explico.

Alucinaba hace algo más de dos años cuando Artur Mas, después de haber cambiado el nombre a Convergència i Unió por el de PDeCAT huyendo de la corrupción que les asolaba y con el único propósito de despistar al personal, le echaba los tejos a Esquerra Republicana de Catalunya para concurrir juntos y revueltos a las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de 2015 que él mismo había convocado.

Fue en modo eslogan publicitario con una coalición electoral bajo el «nombre comercial o marca» de Junts pel Sí y, además, dándole a estas elecciones la aureola engañosa de plebiscitarias. Esquerra entró al trapo convergente y tragó hasta el punto de que encabezaría dicha coalición electoral Artur Mas para ser él President, y todo en aras de un «procés cap a l’independència de Catalunya».

Hay que ver lo ciego que es el amor, en este caso tuerto, visto lo visto, si nos remitimos a los hechos. Ideológicamente muy poco o nada tienen de común ERC y PDeCAT. Hoy se puede decir que les unió el sueño erótico indepe mientras duró el «duro, largo y agotador procés» el cual ha acabado, por fin, de aquella manera: como el rosario de la aurora y divorciados. Todo el Govern y parte de la Mesa del Parlament encausado; unos huidos y en busca y captura, otros en el trullo provisionalmente y el argumentario indepe hecho unos zorros y lleno de más contradicciones.

Esto es algo así como cuando te pilla la suegra o el hijo pequeño haciendo el amor y el clímax se va a ‘fer la má’. Pero volvamos a ese amor de conveniencia, a ese amor que mata y, si el partenaire es la CUP, ese amor que asesina. Y ¿quién es el asesinado?… pues el que iba para President, el inefable Artur Mas que en el último minuto anterior a que se tuvieran que repetir las elecciones, se borró porque estaba vetado por la CUP, una formación antisistema, los que despeñaban la furgoneta del procés hasta el fondo del precipicio, destruyéndola, en un spot y que con tan sólo diez diputados, mandaba más que Junts pel Sí; éstos, aunque ganaron las elecciones, no consiguieron ni la mayoría absoluta ni superar el 50% de los sufragios como se creían, viéndose obligados a cortejar a la CUP en aras del fin último que era conseguir la independencia a pesar de ser algo contra natura ideológica.

Pues bien, los indepes antisistema pusieron su precio: la cabeza de Artur Mas; no era de fiar para ellos, y además  exigieron marcar la agenda política y la hoja de ruta para proclamar la independencia de Cataluña en 18 meses «sí o sí», poniendo como Molt Honorable President al ninot de Puchi. Como bien dice el refrán «quien con niños se acuesta, cagao se levanta».

Esto es lo que les ha pasado a muchos miembros de ERC y del PDeCAT, que han salido escaldados de este penoso procés. Les han aplicado un artículo de la Constitución, virgen hasta ahora, en virtud del cual se han convocado unas elecciones que Puchi no tuvo lo que hay que tener para haberlas convocado él. La aplicación de este artículo, tan denostado por algunos, ha pillado con el pié cambiado al mundo independentista que no esperaba tan pronto la convocatoria de elecciones, para así trabajarse aún más el victimismo, pero a las que se han presentado divididos, todo bicho viviente, a pesar de que llegaron a decir que eran ilegítimas. ¡Qué morro!

Dicho todo esto, el resultado de este amor contra natura y homicida con la CUP ha sido el siguiente: imputados por graves delitos, huidos y provisionalmente en el trullo «gente de ERC y PDeCAT» y, paradójicamente, nadie de los antisistema. Esos que tienen como cachorros a los angelitos de Arran; aparte de que han salido indemnes, se han salido con la suya: menos empresas, menos riqueza, menos turismo y un mayor encabronamiento y división social en Cataluña. Su verdadero lema CUANTO PEOR, MEJOR se ha materializado en esta penosa legislatura del procés. ¡¡¡Vaya tela!!!.

Y a todo esto el inhabilitado Artur Mas deambulando por ahí con su cuestación, haciendo un Lola Flores en toda regla, recogiendo fondos para cubrir la fianza por lo del 9N antes de que le embarguen y apelando a las «cajas de solidaridad de la ANC y Omnium», pues la pela es la pela. ¡Qué vergüenza!

Así pues, hay amores que matan ….. políticamente. Hasta el 21-D.

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