Faceapp: estupidez e infantilismo

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Que las redes sociales ejercen control mental es evidente al manipular a tanta gente que cae en la trampa de un juego estúpido para pretender verse, a través de un filtro, más joven y/o más mayor, cuando es evidente que la coincidencia, si existiese, es puro azar no realidad.

Aburrimiento, falta de motivaciones que impidan perder el tiempo en algo absurdo y, que además, se está avisando que es un medio de captar tus datos personales y usarlos. Algo similar a los pseudosorteos de Primark y Alcampo que caes en la trampa de dar tus datos y, al día siguiente, tu móvil es usado por publicidad y agentes de compañías eléctricas, seguros y videntes que te llaman, a pesar de tu advertencia de que no lo repitan, más de veinte veces al día y todos los días. Además tu correo se ve saturado por algo que no deseas.

Las imágenes de verse envejecer son antinaturales y sólo el tiempo y tus actitudes vitales y cuidados harán que tu aspecto sea jovial y vital, estético o, al contrario, descuidado y sin energía. Algún tinte masoquista hay en disfrutar observando imágenes de un deterioro, de un declive, que el transcurrir vital confirmará. Verse como más joven carece de sentido porque lo pasado ya pasó y una imagen ficticia es ilógica. Es como la obsesión de parecerse a un famoso a través de múltiples operaciones de estética que reflejan una bajísima autoestima. Uno es maravilloso tal cual es, diferente y único e irremplazable sin necesidad de querer ser otro.

La irrealidad y la obsesión de cualquier tipo es patología y complejo, mucho complejo y traumas pasados que se hicieron presentes y se enquistaron por no haberlos tratado. Es asombroso observar a intelectuales y gente culta con conocimientos caer en las redes de estos juegos que no son más que trampas de estas redes tan necesarias pero también con muchos contras en muchos aspectos.

Recordemos que los pedófilos y pederastas captan a sus víctimas a través de las redes. Por supuesto, utilizando identidades ocultas e imágenes que nada tienen que ver con la realidad. Los piratas informáticos, los usurpadores de identidad, etc. no constituyen ninguna broma porque se introducen como sanguijuelas para dañar y hacer ver lo que la persona a la que usurpan la identidad no es.

Hay personas adictas a estos juegos absurdos igual que el ludópata empezando inicialmente por diversión pero generando dependencia y ansiedad a la vez que agresividad. Nada en la red es inocente y es de personas sensatas e inteligentes evitarlo y prevenirlo.