En defensa del Derecho Civil valenciano

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El Derecho Foral Valenciano, también conocido por todos nosotros por «Els Furs», eran las normas más importantes del Reino de Valencia, que estuvieron el vigor desde el rey Jaime I, en siglo XIII, hasta principios del siglo XVIII, que fueron abolidos por Felipe V de Borbón.

«Els Furs»

Históricamente fueron unas 1500 normas, originalmente recogidas en nueve libros, que regulaban NUESTRAS TRADICIONES en temas como las herencias, los matrimonios, las compras y las ventas o los mercados entre otras cosas, todas ellas de fuerte arraigo en nuestra sociedad. La prueba histórica es que al principio no se llamaron «fueros» ni siquiera «normas», sino compendio de «Costumbres de Valencia». El propio Jaime I quiso que estas costumbres tan nuestras alcanzaron fuerza de Ley, cuando las mandó traducir del latín al valenciano, y las juró en 1261 como derecho general ante las Cortes Valencianas, válidas y en vigor para todo el Reino de Valencia.

Promulgación de «Els Furs» como norma para todo el Reino de Valencia (siglo XIII)

El desarrollo de todas estas normas marcó el «Siglo de Oro valenciano», a caballo entre el siglo XIV y XV, continuando incluso hasta principios del XVI, cuando Valencia se convirtió en unas capitales económicas y culturales de toda Europa. A modo de ejemplo, Valencia tenía 100.000 habitantes mientras Londres tenía apenas 60.000. Nuestra fuerza cultural alcanzó cotas desconocidas hasta ese momento, con obras como el «Tirant lo Blanch» de Joanot Martorell, los poemas de Ausiàs March y otras muchísimas, escritas en valenciano. Para que nos hagamos una idea de su importancia, fuimos los grandes avanzados y precursores en Europa, desarrollándose nuestro siglo de oro paralelo al italiano de Dante, Petrarca y Bocaccio, y por supuesto bastante anterior al castellano, portugués, inglés o francés. Oponerse a todo esto es de analfabetos funcionales, aunque ya se sabe que cuándo se mete la política por medio, todo se «enmierda» (con perdón de la expresión).

Valencia, junto con los territorios de Flandes, eran la cuna de la cultura europea. De esa época, a caballo entre el siglo XV y XVI, tenemos excelentes muestras arquitectónicas en nuestra ciudad, como, por ejemplo, La Lonja de Valencia, principal edificio gótico civil del mundo.

Además, los «Fueros Valencianos» fueron el primer texto legal basado en el derecho romano. En 1707, después de la Batalla de Almansa, nuestros «Furs» fueron reemplazados por normas y leyes de origen castellano. Fue un castigo que el rey Felipe V de Borbón impuso a los valencianos, por apoyar a su rival al trono de España, el archiduque Carlos, de la casa de Austria, que resultó perdedor. Sin embargo, el rey Borbón sí que permitió que los aragoneses, catalanes y mallorquines, que también pertenecían a la Corona de Aragón, continuaran usando sus normas con total normalidad. A nosotros no. «Manda collons!».

Felipe V de Borbón

Lo importante y fundamental para comprender su DEFENSA y PETICIÓN DE SU RESTITUCIÓN ES QUE JAMÁS SUPONEN UN PRIVILEGIO frente a otros territorios y otros ciudadanos españoles. Se trata de recuperar nuestras costumbres que hemos venido usando desde hace siglos, hasta que un rey nos castigó por cuestiones de su propio interés.

Los valencianos reclamamos de manera mayoritaria nuestros usos y costumbres, que alcanzan hechos tan de actualidad como el régimen económico matrimonial por defecto, separación de bienes, o algo tan de sentido común como la custodia compartida de los hijos en caso de separación de un matrimonio (con los supuestos específicos que puedan establecer los psicólogos y especialistas).

Estas normas se utilizaron en Valencia durante cinco años, y su resultado fue absolutamente satisfactorio y ampliamente apreciado por la sociedad valenciana, hasta que, en 2016, el Tribunal Constitucional las declaró ilegales, a diferencia de otros territorios como Cataluña, País Vasco, Galícia, etc. El argumento central para ser declarados ilegales fue que, a diferencia de otras comunidades, no estaba escrito y convenientemente documentado. El Tribunal Constitucional demostró muy poca sensibilidad hacia el pueblo valenciano, ya que, como todos comprenderéis, era muy difícil demostrar normas que datan del siglo XIII, las primeras de España, como la entendemos hoy en día. Respeto la sentencia, pero no la comparto en absoluto. ¿A que no se atreven con las de otros territorios qué todos conocemos? A veces hablan del «menifotisme valencià» («me la suda», en una traducción al castellano algo libre), pero en algún momento se tendrá que acabar esta supuesta actitud.

Como resumen, no existe ningún privilegio en «Els Furs», sino tan solo ganas de los valencianos de recuperar nuestras tradiciones de siete siglos atrás, nuestros usos como pueblo, con sus peculiaridades, pero jamás esgrimiéndolas como un argumento de superioridad contra otros compatriotas españoles. Los valencianos somos un pueblo muy rico culturalmente, con nuestro propio idioma, pero también muy humilde y sensato. Por supuesto, no nos sentimos mejores, pero tampoco peores, que nadie. Lo del «supremacismo» lo dejamos para otros.

Nuestra cultura, nuestro patrimonio histórico y nuestras costumbres forman parte de nuestra IDENTIDAD COMO PUEBLO VALENCIANO. Todo mi apoyo, siempre dentro de la Ley, a su RECUPERACIÓN. Siempre alzaré mi voz a favor de nuestras raíces, contra quién sea. Esta es mi opinión a título personal. ¿Ha quedado clara?

Vixquen els Furs!

Vixquen les nostres tradicions!

Vixca Valencia!

#RecuperemElDretValencià

@Vicent_Raga