A poco más de un año vista de las próximas elecciones autonómicas, siempre que no haya adelanto electoral de un President de la Generalitat estrangulado por la presión asfixiante de sus socios de Gobierno, la imagen de los tres años del Consell del Botànic es la de una gran estafa moral y política a los valencianos.
Me explico, tenemos un gobierno mestizo, agotado, sin ideas y sin cintura, incapaz de llegar a acuerdo alguno que no comulgue con su sectarismo, que no ceda a sus chantajes, bien sean lingüísticos, culturales, territoriales, sociales y ambientales.
Los valencianos, sufrimos en nuestras carnes la estrepitosa gestión y dejación de funciones de un Consell, únicamente centrado en esgrimir el lamento de la herencia recibida, mientras desatiende sistemáticamente, las necesidades y demandas del pueblo valenciano.
Ya está bien de echar balones fuera, el socorrido argumento consistente en culpar a Madrid ha dejado al desnudo su nula capacidad e inexistente voluntad a la hora de proponer, gestionar y articular soluciones a una sociedad que pide a gritos, una gestión, seria, transparente y responsable.
Este columnista, no puede obviar el lastre que ha supuesto para las arcas públicas de los valencianos el saqueo y degeneración institucional derivado de las prácticas corruptas de los anteriores gobiernos. No obstante, más allá de la degeneración institucional, saqueo y de la herencia recibida, quienes hoy calientan los sillones de la Generalitat, son los administradores por voluntad propia de un caudal hereditario repleto de recortes, problemas y necesidades de los valencianos.
Un caudal, cuyo volumen no hacen otra cosa que engordar, sembrando el caos y la imposición allá por donde pasan, en materia educativa en general y lingüística en particular, dejando la huella de su sectarismo allá por donde pasan, sin escucha, sin sinergia ni empatía alguna con aquellos sectores a quienes afecta cuantas decisiones toman.
No sin razón, durante muchos años se criticó la actuación a espaldas de la ciudadanía y la falta de rendición de cuentas a Les Corts de los distintos Gobiernos del PP. Actualmente, no parece en absoluto, a la vista de los hechos, importarle demasiado al actual gobierno del Botànic haber heredado tal vicio, pues carecen de toda iniciativa de interlocución y consenso en materias que resultan cruciales para el presente y futuro de los valencianos como la educación, el modelo socioeconómico o el entorno y gestión ambiental sostenible.
En efecto, nos encontramos ante la radiografía del Consell de las imposiciones educativas, del colapso de las listas de espera en sanidad y dependencia, del abandono a los agricultores con una Ley de la Huerta que les desprecia, con unos horarios comerciales a espaldas de los pequeños comerciantes y con unos jóvenes en precario, sin empleo ni proyecto de futuro, cuyo esfuerzo, talento y emprendimiento y necesidades, resultan permanentemente ignoradas por el actual Ejecutivo en sus políticas.
Lamentablemente, entre quienes nos han gobernado y actualmente gobiernan en la Comunitat, el fotograma que se nos presenta es el de una región en el centro del mapa de la corrupción, que pasa a situarse como territorio en continuo retroceso, sin gestión y sin modelo económico, tratando de dividir a los valencianos con cuestiones identitarias, sin atender las necesidades y problemas reales de los valencianos, con una agenda marcada al compás de su ideología, generosa en sectarismo y muy escasa en regeneración.
Señores del Consell, han renunciado ustedes al mandato soberano de los valencianos del año 2015, en el que mandaban fuera de las instituciones a un partido lleno de corruptos y saqueadores. Sin embargo, han defenestrado ustedes la confianza depositada por el pueblo valenciano y desaprovechado la oportunidad de regenerar nuestras Instituciones, de darle a nuestra Comunitat el impulso que merece y ponerla a la vanguardia de la regeneración democrática, del empleo y servicios sociales de calidad y un modelo educativo de consenso, sin sectarismos.
Por desgracia para los valencianos, el mestizaje del Consell del Botànic no ha sido más que un fraudulento espejismo, en el que las disputas de poder y poder, guerra de egos y sectarismo se han puesto por encima de los intereses de los valencianos, con un M.H. President al que no han dejado de crecerle los enanos, los rivales y lamentablemente, los problemas de los ciudadanos.
Sin embargo, contrariamente a lo pretendido por algunos, ya no tenemos que escoger entre quienes nos han robado y vaciado las arcas de todos los valencianos, y quienes han demostrado no saber su incompetencia para gestionar, llegar a acuerdos y trabajar para los valencianos y sus instituciones. Afortunadamente, entre inmovilismo y corrupción y el sectarismo sin gestión, existe una alternativa sensata y realista, Ciudadanos, que demuestra gestión y regeneración a los valencianos, limpia de corrupción, de falsas promesas y de sectarismo, una política útil, real y transparente de cara a los ciudadanos.
Muy bien explicado. Ciudadanos tiene mucha suerte de contar con personas del nivel de Jesús Salmerón en sus filas, joven pero preparado, al igual que los valencianos tenemos suerte de poder votar a los naranjas. No cambiéis.
Me ha gustado mucho leer un artículo tan claro. Los valencianos estamos hartos del Botánico, ya que sólo piensa en sus partidos y no en nosotros, tampoco queremos un gobierno del PP corrupto, frente a ello estáis vosotros , Ciudadanos. Enhorabuena joven abogado por ser tan claro y opinar en nombre de muchos que pensamos como tu,
Gracias Jesús y gracias Ciudadanos.