Cuando uno no quiere… dos no pactan

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Dice el refrán que cuando uno no quiere, dos no pelean, pero está claro que cuando uno no quiere, es imposible llegar a un acuerdo. Y eso es lo que ha pasado con Pedro Sánchez y un PSOE que siendo el partido más votado está más perdido que nunca.

Se queja Sánchez que nadie quiere pactar con él, como un niño cuando llega a casa llorando porque ningún amiguito le deja jugar. Su madre le pregunta qué ha hecho a lo que el hijo, por supuesto, contesta que nada, que él no ha hecho nada y que le tienen manía el resto de niños.

Luego resulta que el niño al que supuestamente le tienen manía los demás, le había dado una patada a uno, había encalado la pelota adrede dos veces y le había tirado una piedra al dueño del balón. Pues lo mismo ha hecho Sanchez, lo mismo. El que lloriquea porque nadie quiere pactar con él se ha encargado de cabrear a todos los que querían y podían pactar.

El futuro de ese niño pérfido y farsante, normalmente malcriado, lleva irremediablemente a la animadversión por todo el mundo. Y si ese es también el futuro de Pedro Sánchez, de ninguna de las maneras puede ser presidente de nuestro país. Porque aquí nos estamos jugando nuestro futuro, el de nuestras familias, el de nuestros hijos. España está bloqueada y sin la capacidad de decisión  necesaria para salir de una crisis que ya ni recordamos cuando empezó. No podemos seguir en esta situación ni un día más.

El PSOE está empeñado en acaparar el poder sea por el medio que sea y no quiere acompañantes en su ansiado trono. Por ello no le importa que Cataluña se esté resquebrajando de la manera más cruel posible, como tampoco parece tener problemas para pisotear las tumbas y el recuerdo de las víctimas del terrorismo que no hace tantos años defendían puño en alto ese partido y que, precisamente por ello, fueron asesinadas o malheridas para toda su vida.

Está claro que el concepto de dignidad tiene un significado distinto para cada uno de nosotros. Quizás ninguno sea mejor que el del otro, pero yo estoy muy contento de estar en un partido que mantiene el respeto por la democracia y por la memoria de aquellos que dieron su vida por ella, por encima de todo. Estoy orgulloso de pertenecer a un partido que no claudica ante el fascismo nacionalista y está dispuesto a pactar cualquier medida de su programa electoral con tal de llegar a un acuerdo, pero nunca cederá ante la violencia y el chantaje independentista. España necesita un gobierno, pero no uno cualquiera. España necesita un gobierno digno, honesto y cabal.