Catenaccio político

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Llevamos unas semanas que parece que no exista otra cosa que no sea futbol o política. Por un lado tenemos el final de liga, con el Valencia peleando por entrar en Champions, el Vila-real y el Levante intentado salvar la categoría, la final de la Copa del Rey, las semifinales de la Europa League… y por otro tenemos elecciones generales, autonómicas, locales y europeas, con las eternas campañas, precampañas y postcampañas que siempre acarrean.

En fin, que al final he tenido que probar esto de la nueva televisión y he empezado a ver una serie en Prime Video, aunque solo sea por mantener un mínimo de equilibrio mental, porque los que somos futboleros y además políticos empezamos a tener un problema serio, o al menos nuestras familias, y de vez en cuando tenemos que desconectar de alguna manera, tanto del futbol como de la política.

No son pocas las veces que se han podido utilizar símiles futbolísticos para describir situaciones políticas. Por ejemplo, para explicar la necesidad y la utilidad de nuevas fuerzas políticas como Ciudadanos, se puede asemejar a lo aburrida que sería La Liga si de vez en cuando no ganaran otros equipos distintos al Barça o al Madrid, es decir, que Valencia, Atlético y Sevilla pues también son importantes.

Es más, para aquellos y aquellas que defienden eso del voto útil, que creen que confiar en los nuevos partidos es tirar el voto y que piensan que PP y PSOE serán siempre caballo ganador, sólo hay que recordarles lo que fue y lo que es Izquierda Unida o el partido socialista francés y si regresamos al futbol, recordar que entre el Liverpool, el Ajax y el Inter de Milán suman 12 Champions de sus años de gloria, poderío europeo que también perdieron y ahora intentan recuperar.

Si en el futbol es esencial tener un buen entrenador, igualmente lo es en política tener un buen líder. La actitud de un equipo y lo que transmite en el campo no es lo mismo con un 5-4-1, con un 4-4-2 o con un 4-3-3. Hay algunos partidos políticos, que salen en campaña con el autobús puesto, intentando que no les marquen. La vieja política se resiste a evolucionar, no quiere que cambien las cosas porque están muy cómodos en sus gastados sillones. Por suerte hemos llegado algunos equipos con hambre de crecer, de hacer buen fútbol e inculcar en la afición ilusión y esperanza de un futuro con más color y mucha más alegría. Como si de una eliminatoria europea se tratara, estamos en la vuelta, jugamos en casa y vamos a salir con valentía y ganas infinitas de cambiar nuestros pueblos y nuestras ciudades. ¿Nos acompañas?