Aquella fantástica canción de los Pixies decía Where’s my mind?, nada más lejos de la realidad.
¿Dónde está nuestra mente?
Pasamos de un estado en el que todo el problema era la corrupción y el paro, veíamos las pasarelas azules y rojas de los juzgados, donde desfilaban los políticos de raza, toda esa saga de mangantes que se repartían el pastel sin ningún tipo de pudor.
De ahí saltamos a un nuevo estado en el que se nos vendía que España va bien, mientras comprobábamos que ese mensaje se entremezclaba con el vaciado sistemático de la hucha de las pensiones, lo cual no puede dejar de producir cierto desconcierto entre las personas con un mínimo de raciocinio, no puede ir muy bien si tengo que tirar mano de los ahorros.
Por suerte para unos y por desgracia para otros, ha aparecido en escena el gran problema nacional, el separatismo de una banda de fanáticos que han estado años alimentando a la bestia ante la impasividad de los que en aquel momento se dedicaban a sus corruptelas. Pues si, llega el momento en que los antisistema de la CUP son la llave y se hacen con el control, bajo el paraguas del espíritu patrio de raza superior.
Pues si señores, eso es en lo que estamos pensando y es una auténtica pena, ya que el mundo mira y evoluciona hacia otra parte.
¿En que deberíamos de estar pensando?
La globalización es una realidad, con sus ventajas y sus inconvenientes, pero imparable, la gente quiere moverse, quiere conocer. Deberíamos estar pensando cómo nos hacemos más grandes y nos movemos con facilidad en un mundo global eliminando fronteras y llevando la democracia a todos los puntos del planeta.
El Factory 4.0, la segunda revolución industrial, las Smart Factories. A nuestros políticos se les llena la boca diciendo que hay que cambiar el sistema productivo y sin embargo el 90% de ellos desconocen estos conceptos o si los han oído no son capaces de saber cuál es el fondo. Mientras los países desarrollados trabajan en esté camino desde las instituciones y los lobbies, nosotros ya sabemos dónde tenemos nuestra mente.

AI (Artificial Intelligence), toda la comunidad científica coincide en que en pocos años la Inteligencia Artificial nos superará y que se producirá la singularidad tecnológica, ese mágico momento en que las maquinas nos dejarán atrás, para bien o para mal. Ese momento hay que pensarlo y hay que planificarlo, las instituciones viven al margen de ese momento y cuando se acerque nos entrarán las prisas.
El Cambio Climático, el eterno problema que vamos dilatando en el tiempo, mientras cabalga sin que se le ponga un freno real y global.
El Grafeno, o como muchos les gusta llamarlo, el material de Dios, ese material que nos puede ayudar a cambiar la concepción de mundo. Deberíamos estar desde las instituciones fomentando la investigación y la implantación de empresas que trabajen en futuro.
Como decía Rajoy en alguna de sus maravillosas intervenciones, “España está lista para estar en la locomotora europea”. Yo espero que algún día tengamos un presidente que no necesite decir esas memeces y que hable de I+D+I, de nuevo sistema de educación emocional y racional, de racionalizar la gestión pública, de unión e integración en el mundo global y de todos los proyectos que nos pueden hacer un futuro mejor.