Victoria naranja, con sabor a pica-pica

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Tras las elecciones autonómicas catalanas, la avalancha de titulares, conjeturas, asertos, futuribles, elucubraciones, etc, está siendo mayúscula. No es para menos, pues antes de celebrarse pasaba lo mismo. Visto lo visto, y a tenor de los resultados, haré dos consideraciones previas y luego sacaré conclusiones individualizadas por contendientes.

  • Los ‘indepes’ (JuntsxCat, ERC y CUP) han obtenido mayoría absoluta con 2 escaños menos que en 2015, pero están divididos, enfrentados y siguen dependiendo de la incontrolable CUP. Veremos cómo gestionan lo del prófugo Puigdemont, lo del reo Junqueras y las imposiciones unilaterales que les harán los antisistema de la CUP. Tienen tiempo hasta el 6 de febrero, fecha del debate de investidura.
  • Un partido no nacionalista, Ciudadanos, gana por primera vez las elecciones al Parlament, tanto en porcentaje de votos como en escaños. Todo un hito histórico, para muchos impensable, que afectará, y mucho, a la política nacional.

Vayamos pues a las conclusiones, partido a partido, como diría Simeone:

Ciudadanos, empezaré por la formación naranja, los ganadores, que ha obtenido una victoria histórica, trabajada hasta la extenuación y que ha conseguido movilizar el voto hasta extremos insospechados; de haber conseguido tres escañitos más, arrebatándoselos a los ‘indepes’, ahora estaríamos hablando de otra cosa muy diferente, pero a lo hecho pecho. A C’s le pica el hecho de que es una victoria agridulce, algo así como si se hubiera comido el fruto de un «naranjo borde» que amarga, que es agrio, pero, como cítrico que es, contiene mucha vitamina C. Esta vitamina le va a dar a Ciudadanos una fuerza arrolladora que, bien gestionada, se puede y debe extender por toda España. Ojito.

– El PSC, después de 18 años de caída libre en Cataluña, y habiendo «tocado pelo» con dos tripartitos encabezados por los socialistas, por fin ha mejorado resultados, ¡ha sacado un escaño más! Lo que más les pica es que su candidato, bailarín y encorbatado, no haya dado más de sí. Han querido abarcar mucho con sus fichajes (Espadaler y Villarejo) y no han apretado nada. Se tendrán que replantear muchas cosas pues, hoy por hoy, en Cataluña son irrelevantes y así Pedro lo tiene muy crudo.

Mapa de resultados electorales en Cataluña por municipios.

– En cuanto al PP, poco o nada se puede decir. Su picor es más bien dolor. Su monumental batacazo les deja sin poder formar grupo parlamentario y su «pívot» le echa la culpa de la debacle a Cs por la apelación al voto útil. Hay que ser inútil para decir estas cosas. Por cierto, en Génova están acongojados y han saltado todas las alarmas. No obstante, habrá que estar ojo avizor a ver cómo pagan las deudas contraídas en la campaña, habiendo pasado de 11 escaños a 3, pues el déficit será enorme. A ver qué traman.

– De los comunes… qué queréis que os diga. Aún está Domènech buscando la llave por el fondo del mar y que al perderla les sume en la irrelevancia más absoluta. Sin darse cuenta, y muy a pesar suyo, han evitado tener que pronunciarse sobre un marrón que sobrevolaba sobre su cabeza,. pues esa llave se la tenían que entregar o a los ‘indepes’ o a los del bloque del 155, y con su irrelevancia ha evitado tener que pronunciarse sobre esta encrucijada del «mal si ando y mal si no ando», para seguir anclado en su ambigüedad y en caída libre. Por cierto, alguien cree que la ambigua de Ada Colau repetirá como alcaldesa de Barcelona?… yo digo que «nastic de plastic».

– Por último, a los indepes les pica mucho el hecho de ir a la greña entre ellos, pero seguramente formarán gobierno. Los meto a todos en el mismo saco porque, como decía Inés en la campaña electoral, volverán a hacer lo mismo. No saben hacer otra cosa más que darle vueltas al procés y a la puñetera república independiente. Puchi, desde Bruselas, dice que la República ya está proclamada y ahora refrendada por el 21-D. ¡Qué angustia, qué hartazgo, qué cansinos son! Encima, el muy déspota, no sólo sigue sin asumir realmente su condición de ser prófugo de la justicia, sino que saca pecho, cual pavo real en celo, y dice que España tiene un «pollastre de collons». Esperpéntico. Esperemos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

Por último, saco una conclusión de esta victoria naranja: es una pena, como intuía Albert Rivera en la campaña, que por un puñado de votos no se le haya dado la vuelta a la tortilla, pero, lo que sí digo, es que esta victoria le abre a Albert, de par en par, las puertas de la Moncloa.  Con un Gobierno de la Nación, liderado por él, sí que llegará la solución a toda esta problemática, tanto en España como en Cataluña.

Espero no equivocarme.

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