A lo largo de nuestra historia, las fronteras y las banderas han causado más muertes que las epidemias, y se ha pervertido el sentido de las lenguas, que han pasado de ser un instrumento de comunicación entre personas a ser un elemento separador entre culturas.
Los nacionalismos exacerbados, que se podrían considerar la epidemia de la humanidad moderna, confunden su diversidad cultural con una supuesta superioridad moral. En su infinita ceguera, creen que “su cultura” debe imponerse a las demás, sin darse cuenta que la verdadera riqueza cultural reside precisamente en esa diversidad.
La Comunidad Valenciana y Cataluña, a lo largo de la historia, han seguido caminos culturales comunes, de hecho nuestras lenguas tienen su origen en la misma raíz, el occitano, y nuestras banderas provienen de los escudos de armas y el linaje de los Reyes de Aragón, conocido en la Edad Media como “signum nostri”.
Sin embargo, a pesar de esos indudables nexos de unión, con el paso de los siglos los habitantes de la antigua Corona de Aragón hemos ido evolucionado de forma diferente, y hemos desarrollado nuestras peculiaridades culturales, de las cuales tanto los valencianos, como los aragoneses y los catalanes nos sentimos muy orgullosos.
Los castellonenses, los alicantinos y los valencianos de bien no queremos ser mejores ni peores que nadie, ni queremos imponer nuestra cultura a nuestros vecinos, pero tampoco queremos que nos impongan una cultura estandarizada, eso que se conoce como la “normalización”. Queremos algo tan simple como RESPETO a nuestras peculiaridades, a nuestras tradiciones y a nuestra manera de ser y de hablar.
Los intentos de “normalización” nada tienen que ver con la cultura ni con la historia, simplemente responden a los intereses económicos de una clase política mediocre que busca su propio beneficio. ¿Desde cuándo son malas las diferencias? ¿Quién tiene derecho a decidir qué diferencias son mejores y peores? Lo increíble es que gran parte de la izquierda española en general, y la valenciana en particular, ha asumido estas tesis nacionalistas, que buscan terminar con las diferencias culturales a cambio de fomentar las diferencias sociales, exactamente lo contrario de lo que dicen defender.
No hay que volver a épocas pasadas, pero si exigir RESPETO.
@Vicent_Raga