Plena justificación histórica para Tabarnia

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Cuando en 1262 el rey Jaime I El Conquistador reúne a los nobles aragoneses y catalanes en las Cortes de Zaragoza para solicitarles ayuda en la campaña de conquista del reino musulmán de Murcia, que tendría lugar los dos años siguientes, distingue con claridad entre los diversos territorios catalanes de la época, los propios y los ajenos, que es lo mismo que decir entre Tabarnia y la Cataluña interior.

Después de indicar las razones por las que resulta urgente acudir en socorro del Rey de Castilla, su yerno: ‘la primera por Dios, la segunda por salvar España y la tercera por el botín y el honor‘, Jaime I establece una clara diferenciación entre el condado de Barcelona y señoríos dependientes, que hoy en día vendrían a coincidir con las fronteras de Tabarnia, y el resto de los condados catalanes, que eran aliados en las conquistas previas de Mallorca y Valencia pero tenían sus propios titulares.

Efectivamente, desde los inicios de la reconquista y en la época de Jaime I se distinguía entre el denominado casal de Barcelona, del que el Rey de Aragón era titular por herencia directa a consecuencia de las capitulaciones matrimoniales entre Petronila y Ramón Berenguer en 1150, y el resto de los condados catalanes, sobre los que los reyes de la casa de Aragón no ostentaban derechos dinásticos y con los que establecían diversas relaciones, a veces cordiales, a veces sangrientas. Por eso, Jaime I se dirige a los nobles aragoneses y catalanes en estos términos:

Car crehem per cert que null hom nous poria en mal notar aço, car nos ho fem: la primera cosa per Deu, la segona per salvar Espanya, la terça que nos e vos hajam tan gran preu e tan gran honor, que per nós e por vós sia salvada Espanya. E fe que debem a Deu, pues aquells de Catalunya, que és lo mellor regne d´Espanya, el pus honrat e el pus noble per ço car hi ha quatre comtes, ço és lo comte d’Urgell, e el comte d’Empúries, e el comte de Fois, e el comte de Pallars…

La traducción del occitano o valenciano antiguo al castellano actual podría ser, aproximadamente, la siguiente: «Porque creemos por cierto que ningún hombre podría notar mal en esto, porque nosotros lo hacemos: la primera cosa por Dios, la segunda por salvar España, la tercera porque nosotros y vosotros obtengamos tan gran premio y tan gran honor, que por nosotros y por vosotros sea salvada España. Y fe que debemos a Dios, pues aquellos de Cataluña, que es el mejor reino de España, el más honrado, el más noble, pues hay cuatro condes, esto es el conde de Urgel, el conde de Ampurias, el conde de Foix, el conde de Pallars…»

De esta diferenciación entre los dominios directos de Jaime I en Barcelona y los condados catalanes de interior nos da testimonio el belicoso monarca de orígen occitano en el Libre dels Feyts o Llibre dels Fets, escrito en primera persona aunque seguramente dictado en Valencia en sus últimos años de reinado, ya retirado de sus conquistas murcianas. Se conservan distintos manuscritos pero los dos principales la recogen en términos casi idénticos, con ligeras variaciones léxicas, como se puede comprobar en el folio 163 y en el folio CLIIIIv, respectivamente, cuyas imágenes escaneadas incluimos al final.

Al fallecer sus titulares sin herederos o mediante matrimonios concertados y otras estrategias, Jaime I y sus sucesores al frente de la Corona de Aragón fueron incorporando los condados catalanes a sus dominios directos, mediante un proceso que no finalizó hasta finales del siglo XV. Más concretamente, el condado de Ampurias no sería anexionado hasta 1325, el de Urgel hasta 1413 y los últimos restos del condado de Pallars hasta 1484, ya durante la España de los Reyes Católicos.

  

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