Pero, ¿hay algo más?

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No sé si por la edad, por esa manía constante de llevar la contraria, o por un exceso, modestia aparte, de clarividencia, pero empiezo a estar un poquito harto del  concepto “poder”. No del “poder” como autoridad, como gobierno, como grupos de presión, que también; sino del “poder” verbo, como capacidad para llevar algo a cabo, como capacidad de llegar a algún sitio, como capacidad de resolver una situación. Y si no puedo, ¿qué pasa? Habrá que pensar otra cosa, ¿no?

Nos están machacando continuamente con frases alusivas a que se puede lograr algo, sea lo que sea, posible o imposible, y no nos hemos parado a pensar en que en algún caso, a lo mejor, no se puede.

Si se puede!!, Podemos!!, tú puedes!!, juntos podemos!! y nos faltaba la última del Gobierno: España puede!!!. Y si no puede, ¿qué?

Rafael Guerra «Guerrita»

Algunos atribuyen la frase: “querer es poder” a Albert Einstein, pero a pesar de ser uno de los mayores genios que ha dado la humanidad, en este tema, yo me quedo con una frase que utilizaba el “maestro” Rafael Guerra, Guerrita; cuando no había forma de sacarle una “faena” al toro decía: “Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible”. Mucho más realista y cierta.

Pero, ¿por qué esta obsesión mía con las alusiones a “poder”? Porque me dan sensación de impotencia, aunque parezca una contradicción. Cuando lo vemos todo mal, con una solución difícil, con un futuro incierto, recurrimos a la autoayuda, al auto impulso, al “chute” de autoestima que supone el “vamos, que tú puedes” y seguramente te están diciendo esto porque te ven que estás a punto de arrastrarte por el suelo y ni tan siquiera así vas a llegar a la meta.

No son malos los ánimos, ni muchísimo menos, pero sí es mala la idealización de creernos capaces de llegar a los objetivos, el ilusionarse con lograr algo que somos conscientes que es imposible lograr y nos auto-engañamos para superar la ansiedad que nos produce ver que nada mejora y cada vez están más lejos nuestros deseos. Mejor deseo que objetivo, el deseo siempre es más irreal, el objetivo es más concreto.

Esta actitud de confiarlo todo a nuestra capacidad de lograr lo que nos propongamos solo con buena voluntad, estímulos e incluso con agotamiento hasta la extenuación, puede ser el presagio del más estrepitoso de los fracasos si solo nos basamos en eso, en que Podemos!!!!

Conocimiento real del problema, fijación real de un objetivo, planificación, estrategia y, además, capacidad, ánimo y valentía, y, además, como a pesar de utilizar todos estos conceptos suele pasar lo que decía el torero, plan B, C y cuantas más alternativas mejor.

Este exceso de confianza en “nuestros poderes” creo que es lo que nos ha llevado a la situación que ha creado en España el Covid-19.

Nos llegó con un desconocimiento total del problema, no se supo fijar unos objetivos concretos y reales, falló la estrategia, o las estrategias variadas que tenemos, falló, estrepitosamente, la planificación y lo único que funcionó fue el ánimo y la valentía de miles de profesionales y de la sociedad en general que se enganchó al “juntos podemos”.

Pero lo peor ha venido después, cuando se ha demostrado que solo con el ánimo, solo con nuestro “poder”, con el “resistiré”, no se podía luchar contra esto, nos hemos dado cuenta de que no existía un Plan B, ni C, ni…..

Rafa Congost

Tras la vuelta de las imperdonables vacaciones, sean en las circunstancias que sean, merecidas por muchos, no tanto por otros, nos despertamos con la arenga, ante los empresarios y representantes de “la sociedad civil”, de quien debe llevar el timón de los acontecimientos y de la solución y salida de esta crisis, el Presidente del Gobierno, y su intervención se puede resumir en un eslogan de fondo de escenario: “España puede!!!”, ante lo cual solo podemos pensar lo que decía el chiste: Sí, gracias, ¿pero hay alguien más?.

Resumiendo: y si no podemos, el Plan B cuál es?