Llevamos años ingresados en planta con pronóstico reservado y los últimos presupuestos del PP han intentado llevarnos a intensivos, asestado una nueva puñalada a la Comunitat Valenciana. Ciudadanos ha apostado por intentar mejorar la situación de todos los pacientes y detener el apuñalamiento, el PSOE se ha quedado llorando en la puerta lamentándose con los familiares, Podemos fuera del hospital gritando y sin saber quién son los pacientes, Compromís que sólo tenía un familiar en el hospital, en lugar de hablar con los doctores para pedir por los suyos, se ha ido a la puerta a gritar con Podemos.
Un dato muy objetivo que son las inversiones por habitante, un dato muy preocupante que los valencianos estemos a la cola, no en medio, ni en la parte trasera, estamos los últimos de la fila.
Pero no hay nada de nuevo, es la misma situación que llevamos arrastrando durante décadas, el PP en el gobierno central y en el gobierno autonómico y nada cambiaba, lo cual puede dar una imagen de lo que puede pensar el PP de los valencianos, gente pacífica, comprensiva y trabajadora, a los que se les puede machacar constantemente y “no passa res”, nos tuvieron años distraídos con grandes eventos fastuosos, como la Copa América, la Formula 1, el Canal 9… estrategia que vino de la mano de Eduardo Zaplana con Terra Mítica, el primer gran chiringuito para malgastar y malversar el dinero público.
Nos pusieron un escaparate en el que parecía que los valencianos éramos un referente, donde todos los afines al régimen tenían un puesto de trabajo, se preparaba la colisión de átomos que se ha generado en el gran agujero negro de la corrupción, una época en la que desde el Ayuntamiento de Valencia se enviaba a los diputados de Madrid una cajita de naranjas en Navidad.
Situación injusta que también tuvo oportunidad de revertirla el PSOE cuando estuvo en el gobierno y no cambió nada, la postura más cómoda era dejar las cosas tal y como estaban, hoy por ti y mañana por mí, la política española donde rige por el cortoplacismo y las presiones, se hace lo cómodo y no lo justo.
El bipartidismo saltó por los aires tras democratizarse la corrupción y caer bajo el manto de la crisis. Entran nuevos actores en juego, Podemos y Ciudadanos en clave nacional y Compromís localmente. En las primeras elecciones, Ciudadanos ante la corrupción institucionalizada del PP decide intentar gobierno con el PSOE, situación que bloquea Podemos por el ego de Pablo Iglesias, creía que fagotizando a Izquierda Unida en unas segundas elecciones serían la segunda fuerza del país. Vamos a segundas elecciones, el PP sale más reforzado, el PSOE se confirma como segunda fuerza, Podemos pierde muchos apoyos pese a la unión con IU y Ciudadanos también pierde algún punto de porcentaje.
Ante este nuevo panorama y con lo acontecido, Ciudadanos decide que seguir en esta dinámica y llevar al país a unas terceras elecciones sería un disparate, decide facilitar el gobierno al PP y pasar a realizar una tarea de fiscalización, recordemos que C’s no está en el gobierno, no ha pedido ningún sillón a cambio de nada.
Llega el momento, el país necesita unos presupuestos para seguir activo, como siempre el PP presenta unos presupuestos en los que sigue menospreciando a los valencianos. La postura de Compromís es clara, videos, panfletos, soflamas, declaraciones… pero una incapacidad absoluta para hacer lo que era bueno para la Comunitat Valenciana, sentarse con el gobierno e intentar sacar unos presupuestos ventajosos para nuestra Comunitat. En lugar de la negociación han preferido el victimismo, mientras otros negociaban y conseguían mejoras.
Podemos la misma línea, un partido nacional y los valencianos tienen la relevancia que tienen, nada que negociar. La postura de Ciudadanos no habiendo sido lo suficientemente contundente para solucionar el problema que arrastra la Comunitat Valenciana, no deja de ser la más sensata, sentarse a negociar con el PP y sacar alguna mejora, una mejora que se traduce en 851 millones de euros adicionales para la Comunitat Valenciana, más unas mejoras claras que marcan una nueva política nacional, respecto a jóvenes, autónomos, emprendedores y I+D, en definitiva, FUTURO.
Lo que tendremos que plantearnos los valencianos es qué haremos en los siguientes presupuestos para dejar de estar los últimos de la cola. Esperemos que se acaben los lamentos y todos los partidos tengan capacidad de negociación y defensa de los intereses con ecuanimidad, olvidándose de los populistas que juegan con el descontento sin un proyecto de futuro, entre las posturas corruptas y extremistas hay un punto razonable, AHÍ ESTÁ EL CENTRO.