Minimalismo en la política municipal

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Seguramente al leer este comentario más de un arquitecto o interiorista me diría de todo, pero si trasladamos la expresión minimalismo a la política local puede que tenga cierto sentido la comparación.

Hemos visto infinidad de casas decoradas  “basándose” en el minimalismo. Hablando en plata, con una butaca, normalmente carísima, y una lámpara de pie, carísima también, son capaces de amueblar un salón de cuarenta metros cuadrados. Esta burda interpretación de este estilo tiene una ventaja, evita las visitas largas e indeseadas;  cuando llega la visita no tiene ni donde dejar el abrigo, ni tan siquiera donde sentarse a conversar o discutir de cualquier tema, acaba cansándose y se va.

Si podemos definir el minimalismo, en su ámbito más general, como cualquier cosa que se haya desnudado a lo básico, despojada de elementos sobrantes,  yéndonos al ámbito político, llegamos a la conclusión de que en los municipios con mayorías absolutas se gobierna desde el más puro estilo minimalista.

Los elementos sobrantes, léase molestos, no son otros más que todo lo que pueda suponer el más mínimo control de la gestión.  La oposición, sería la visita indeseada, es el primer elemento a minimizar.  Hay que hacer los mínimos  Plenos y vaciarlos de contenido, mejor decidir en petit comité en la Junta de Gobierno. Los reglamentos internos han de limitar las intervenciones a la mínima expresión. Hay que facilitar la mínima documentación, entregándola con el tiempo mínimo para su estudio y demorándolo todo lo posible a fin de que el tema investigado pierda interés.. Los medíos con que se dote a los concejales han de ser los mínimos, no indispensables, mínimos. Y siempre responder a las preguntas con respuestas mínimas, o incluso no responder.

Dentro del propio equipo de gobierno es conveniente aplicar también el minimalismo. Que los concejales del gobierno hablen, opinen y propongan lo mínimo. Que  los temas, digamos importantes, los conozcan el número mínimo de concejales. Que en las fotos, al margen del alcalde, aparezcan el mínimo de concejales.

Por último, que los mecanismos de control funcionen al mínimo. La Secretaría, cuantas más mínimas sean sus indicaciones mejor y en Intervención, si se consigue que informe mínimamente, perfecto.

Si Mies van der Rohe o Tadao Ando podríamos decir que son dos de los máximos exponentes del minimalismo en arquitectura, me atrevería a decir que en infinidad de municipios tenemos alcaldes que son verdaderos artistas del minimalismo político. En mi Ayuntamiento podría dar clases.

 

Rafa Congost es concejal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de la Nucia (Alicante)

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