Desde la campaña 2004/05, cuando se produjo el primer boicot al cava catalán por motivos políticos, se vive en nuestro país un conflicto larvado entre productores de cava, que de cara a estas próximas fiestas navideñas parece recrudecerse.
Antes de valorar las posibles implicaciones y las acciones de las partes involucradas creo que es necesario conocer algunos datos. Por ejemplo, que desde 2009 las ventas de cava en el mundo superan a las del champagne, y que las diferencias entre cava, champagne y vino espumoso dependen de la denominación de origen y las variedades de uva empleadas, más allá de la calidad o el sabor.
Para poder denominarse cava, un vino espumoso debe proceder de uvas cultivadas en unas determinadas denominaciones de origen, que están ubicadas en Cataluña, 29 mil hectáreas, Requena (y no Utiel), 4 mil hectáreas, Almendralejo, 1,4 mil hectáreas, y ciertas zonas de La Rioja y Ribera del Duero, el resto hasta las 36 mil hectáreas totales reconocidas en España por el denominado Consejo Regulador del Cava. Los productores valencianos, agrupados en la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena, que agrupa a las 8 bodegas reconocidas, no tienen representación en este Consejo Regulador nacional.
Los productores valencianos se hallan inmersos en un ambicioso proceso de expansión, con un aumento de 6 a 7 millones de botellas del año pasado a éste, orientado fundamentalmente a la exportación, que ya supone el 35% de las ventas. En este contexto, el Consejo Regulador, bajo el control de los productores catalanes como Freixenet o Codorniu, ha planteado una limitación del incremento de las hectáreas cultivadas durante los próximos tres años, que cercena las intenciones expansionistas de los productores valencianos. No es la primera vez, pues esta misma propuesta, o muy parecida, ya fue presentada y rechazada a comienzos de 2017.
En este sentido, la principal asociación de agricultores valencianos, AVA-ASAJA, también se ha pronunciado en contra de la limitación, señalando por boca de su presidente Cristóbal Aguado que «la petición de frenar el crecimiento de una actividad que en el caso de Requena se encuentra en plena fase de expansión no tiene ningún sentido y por eso mismo la rechazamos de manera rotunda. También en Extremadura se han posicionado en contra porque entienden que la superficie de viñedo para cava no ha crecido tanto en los últimos tiempos como para establecer unas limitaciones que no están justificadas en modo alguno«.
Como suele suceder con el gobierno de Mariano Rajoy, la decisión se ha dilatado hasta después de navidades, y también de las inminentes elecciones catalanas, lo que ha dado tiempo a los valencianos a organizarse en tres frentes:
- Lanzando la campaña «Estas navidades brinda en valenciano» coincidiendo con la feria del cava valenciano que se celebra en el Mercado de Colón de Valencia organizada por los ocho productores valencianos de Requena.
- Presentando en les Corts una iniciativa para instar al Gobierno a desestimar la propuesta del Consejo Regulador del Cava, a través de la portavoz de Agricultura, la socialista Sabina Escrig.
- Nombrando a Ximo Puig, presidente del Consell, embajador del cava valenciano este próximo fin de semana en el marco del IIIº Brindis del Cava de la villa de Requena.
Nuestra recomendación personal es que estas navidades beban cava valenciano y catalán, un poco de champagne si se lo pueden permitir, y vino espumoso también, siempre con moderación, por su bien y por el de todos. Salud.