Leo en la prensa que durante la campaña electoral estadounidense se hizo un estudio acerca de Donald Trump, que concluyó que decía una mentira cada 3 minutos y 25 segundos de discurso. Y ganó las elecciones.
Durante la campaña del Brexit escuchamos a Nigel Farage, líder de UKIP, el partido que proponía la salida del Reino Unido de la Unión Europea, decir muchas mentiras evidentes, como por ejemplo que Gran Bretaña dispondría de 350 millones de libras más para su sistema sanitario. A pesar de que reconoció ésta y otras mentiras, ganó el referéndum, y hoy es una figura muy destacada de la política británica.
Una cosa es cambiar de opinión, que puede ser legítimo, y otra muy diferente es mentir a conciencia queriendo engañar a la gente. En nuestro país también han triunfado y triunfan personajes que nos mienten todos los días, que lo sabemos y que parece que no nos importa.
Lo peor es que la mentira deliberada es una de las puertas de entrada de la corrupción, y parece que no somos conscientes de ello.
@Vicent_Raga
