Hacerse el sueco

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Para algunos lingüistas, la expresión procede de los marineros suecos que atracaban en los puertos españoles y aprovechaban su desconocimiento del idioma para entender solamente lo que les interesaba. Hoy en día se utiliza la expresión cuando alguien se hace el distraído para no darse por entendido o aludido sobre algún asunto.

Y eso es ni más ni menos lo que el gobierno local ha hecho durante casi año y medio con el problema de las plusvalías. Y es que, aunque fueron varias ocasiones en las que traté de convencer al antiguo delegado de hacienda de que tomara decisiones al respecto de las últimas sentencias que estaban dictándose sobre este asunto, la decisión que se tomó desde el equipo de gobierno actual fue una, no hacer nada.

Pero, aunque su decisión fuese no tomar decisiones, las consecuencias sí que han sido varias. Primero porque el Ayuntamiento ha estado cobrando indebidamente durante todo este tiempo a los vecinos y vecinas del municipio unas cuantías en concepto de Impuesto por Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana –vamos, la plusvalía de toda la vida—y además, ha provocado que varios de estos vecinos, con toda la razón, interpusieran en su momento la demanda correspondiente contra el Ayuntamiento, y los tribunales, como no podía ser de otra manera, les han dado la razón, con la consecuente imposición de costas judiciales a nuestro consistorio. Costas que por otro lado pagamos todos.

No sirvió de nada solicitar en varias ocasiones en las comisiones de hacienda que se tomaran medidas para que esto no ocurriera, y tampoco sirvió de nada que desde Ciudadanos presentáramos en febrero de 2017 una moción instando a evitar los perjuicios que finalmente se han generado por la inacción del cuatripartito.

La conclusión es que el Ayuntamiento de Sagunto se enfrenta a la devolución de aproximadamente 300.000 euros que nunca debió haber cobrado a nuestros vecinos y vecinas, más los intereses por haber disfrutado de estas cuantías de forma improcedente, más las costas judiciales para el pago a los abogados de los vecinos y vecinas que demandaron en su momento.

En definitiva, el Ayuntamiento perjudicado en su tesorería, los vecinos y vecinas perjudicados por haber tenido que pagar cuantías que no les correspondían y el resto de vecinos perjudicados porque los intereses y las cosas también las pagamos entre todos. Y mientras todo esto pasaba, ¿sabéis dónde estaban nuestros gobernantes? ya os lo digo yo… haciéndose el sueco.

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