Este lunes con motivo de los pésimos resultados de Ciudadanos en las elecciones generales, Albert Rivera presentó su dimisión. Ahora, la presidencia del partido naranja está vacante y son muchos los que se postulan para ocupar ese cargo, aunque solo hay una persona, bajo mi punto de vista, que cumple las expectativas para poder dirigir con éxito el timón naranja, Inés Arrimadas, y no, no por el simple hecho de ser mujer, (algo que nos quieren vender muchos medios como signo de modernidad y feminismo) sino por el motivo de que Inés reúne una serie de condiciones que hacen de ella la más cualificada.

La principal es que la propia Arrimadas aterrizó en el Congreso de los Diputados tras lograr ganar las elecciones en Cataluña, aunque finalmente no pudiese gobernar con motivo de la alianza entre los partidos independentistas, un hecho del que muy pocos políticos pueden presumir. Joven y de personalidad arrolladora acompañados de su dulzura en el habla y sencillez a la hora de vestir y de expresarse, hacen que la jerezana pueda inspirar mucha más confianza que otros tipos de perfiles que se postulen como candidatos a la presidencia de Ciudadanos.
A esto, hay que sumarle sus grandes dotes de oratoria a la hora de plantar cara a cualquier dirigente político que se le ponga por delante y todo sin necesidad de levantar mucho la voz. Inés es clara, concisa y dice lo que piensa, algo que hoy en día en muy pocos políticos lo podemos ver. Incluso embarazada, está en primera línea política apoyando a sus compañeros tras el declive de su partido.

Otra de las cualidades que me hacen ver que Inés Arrimadas pueda ser el relevo natural de Albert Rivera en la presidencia de Ciudadanos es la humanidad que desprende a la hora de apoyar a los suyos. El mejor ejemplo, lo podemos encontrar en dos hechos puntuales: El primero, cuando Inés se enfrentó a ciertas feministas el día del 8-M por la imposición que pretendían hacer éstas para que todas las mujeres hiciesen huelga sí o sí, algo que según Arrimadas debía de estar bajo el libre albedrío de cada una y, en segundo lugar, por la extrema lealtad que ha tenido a Albert Rivera. Son muchos los que le dejaron tirado, quienes le traicionaron o le ‘vendieron’ y, sin embargo, Arrimadas, siempre estuvo ahí partiéndose la cara metafóricamente hablando con motivo de las diferentes posturas que ha podido tener su jefe. En algunos casos habrán sido decisiones correctas, en otras erróneas, pero ELLA siempre ha sido su fiel escudera que nunca ha dejado a Albert de lado.

Arrimadas es la única que puede devolver la ilusión al feudo naranja y por ese motivo, espero y deseo que sea ella la que lidere al nuevo Ciudadanos porque con su grandeza y liderazgo, contagiará hasta al más mediocre hasta volverlo un grande porque la jerezana catalanizada es top y por ese motivo grito a los cuatro vientos:
¡Arrimadas presidenta de Ciudadanos, ya!